Yanina Muzyka y Emmanuel Casal
Yanina Muzyka y Emmanuel Casal por segunda vez en el May Tango Festival. Se desa...
Tanto en su baile como en su estilo de vida, Sercan y Zeynep, como pareja, tienen un punto de vista distintivo que abarca la comunicación y la innovación, recordando siempre el «toque humano» vivo y palpitante del tango.
«Obviamente, hay una razón por la que al tango se le llama «baile social». Durante nuestras clases y actuaciones, nunca olvidamos la comunicación interpersonal y que estamos en el centro mismo de la vida», afirma Sercan, una forma de mantener la receta para mantenerse vivo y joven. Es licenciado en Administración de Empresas, ciudadano del mundo que vivió en Viena durante dos años y habla alemán e inglés con fluidez.
Sercan se dedica a la música desde los 15 años. Con esta formación musical, sus conocimientos y su experiencia, es capaz de fusionar a la perfección la música del tango con su baile. Esto también le permite transmitir una experiencia musical única a sus alumnos durante las clases.
Zeynep Aktar, por su parte, demuestra su pasión por la enseñanza del tango diciendo: «… incluso después de cumplir 50 años, me encantaría ver mis clases llenas de alumnos». Se licenció en Lengua y Literatura Inglesas por la Universidad del Bósforo.
Había trabajado como profesional de la comunicación corporativa y actuado profesionalmente en teatro durante cuatro años antes de dedicarse al tango. Subió al escenario en numerosas ocasiones. Gracias a su dedicación a la enseñanza y a todos estos conocimientos, Zeynep desarrolló un estilo excepcional de comunicación con sus alumnos durante las clases.
Zeynep y Sercan se conocieron poco después de dar sus primeros pasos en el baile del tango y decidieron recorrer el mismo camino juntos. Además de sus entrenamientos, dedicaban todo el tiempo posible a practicar, experimentar, perfeccionar e intensificar su baile poco a poco, en un estudio que alquilaban a diario. Como resultado, estrenaron la primera de sus historias de éxito y ganaron el campeonato en el torneo de la Federación Turca de Deportes de Baile (TDSF) en 2012. Tras este favorable resultado, fueron enviados a Lyon, Francia, como «candidatos nacionales de Turquía» para competir en el torneo de la Federación Internacional de Baile, donde obtuvieron el tercer puesto. Juntos demuestran la importancia de levantarse abrazándose, siendo «uno» como pareja.
El baile de Sercan y Zeynep manifiesta estética, armonía y musicalidad con un estilo intenso, pero sin pretensiones, en el que casi se puede respirar la emoción que rodea su aura. Después de conocerlos en persona durante un tiempo, resulta obvio ver lo armoniosamente que viven y bailan, no solo como compañeros de baile, sino también como pareja que vive corazón a corazón. Al ver sus vídeos emitidos en YouTube, se puede apreciar cómo han evolucionado a lo largo de los años.«La razón por la que el tango nos atrapa entre sus brazos es el inmenso potencial de innovación que ofrece».
La diferencia más importante del dúo es el enfoque dinámico que han adoptado en su método de enseñanza, muy abierto a la nueva generación, que observa el mundo contemporáneo del tango y acepta los nuevos avances. La marca distintiva de Zeynep y Sercan es que siempre imparten clases en pareja. Como resultado, pueden enseñar la esencia de la energía recíproca del tango desde el punto de vista tanto de la mujer como del hombre. Prefieren dar clases a niveles intermedios y avanzados, y adoptan un enfoque del baile basado en la unidad.
Su único y más importante objetivo es formar a sus alumnos como bailarines sociales, que puedan bailar en todo el mundo, incluyendo Buenos Aires, con orgullo, no solo sabiendo bailar, sino también con toda la cultura que hay detrás. En las clases, dan ejemplos de la vida cotidiana, sin imponer reglas estrictas, dejando que el alumno comprenda la naturaleza misma del tango de forma intuitiva. «Observamos a nuestros alumnos, y cada uno tiene una forma diferente de comprender, consolidar y perfeccionar su baile. Es un viaje», dice Sercan. «Estamos aprendiendo constantemente mientras enseñamos. El tango no nos fue otorgado. Estamos haciendo el mismo viaje que nuestros alumnos. La única diferencia es que estamos un poco más adelantados que ellos. Conocemos el camino y los guiamos para que se acerquen a nosotros, encontrando nuestra fogata aún humeante».
